adioses- número indefinido 1

No puedo despedir
barco que jamás llegó a puerto

sigo instalada en el andén
con la vista hecha neblina
algunas aves concurren que es inútil
absurdo

el puerto resiste el anegamiento de la marea
sube y baja la boya medidora del ímpetu
un olor anciano y desmembrado
transita el muelle, me golpea el vientre
el dedo meñique

trago aguas desde el aire
aguas destiladas en destierro
corrientes mansas y rebeldes sin remitente
insípidas de ti

saco la mano del bolsillo
leo aquel poema que no escribiste
habla de pétalos que no se lanzaron desde abanicos
del timbre que no se hundió bajo tu mano
de botones bien cosidos que permanecen en sus telas
y de un sostén vuelto camisa de fuerza.

Aixa Ardín Pauneto

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